Favor De No Presentarme A Sus Primos!

Hace unos días salí en una cita a ciegas con el primo de una amiga. "Hazme el paro," me dijo la huevos esta. Antes de aceptar, platique con el primo un rato, para darme más o menos una idea con que tipo de loser iba a tratar. Dijo llamarse Ismael, de 23 años, y recién llegado de Oaxaca, México. Oooh boy! Oaxaca. Lo primero que se me vino a la mente fue que la gente de esos rumbos no es muy bonita, y luego con esa vocecita tan chotona que se cargaba el amigo, supe que esto iba a terminar mal. Me tuve que preguntar varias veces si estaba dispuesta a sacrificar un sábado en el que seguramente no iba a hacer nada más que dibujar y añorar ser bestia de las amazonas, pero que a fin de cuentas era por hueva al gusto. Mis convicciones estaban en juego, pero el güey ya estaba convencido de que íbamos a salir y no me quedó de otra más que aceptar su invitación. Le pase mi dirección y quedo en pasar por mi a las cinco de la tarde.

Mistake #1: Jamas le pases tu dirección a un güey que tiene voz de choto desesperado. En el momento en que lo haces, le estas dando alas al güey para que después te vaya a visitar con cuanta estúpida excusa se le ocurra.
Mistake # 2: Jamas dejes que el güey pase por ti en su coche. Te estarías privando de la posibilidad de mandarlo a la chingada en cuanto te empiece a aburrir y largarte al instante en tu coche.

sábado:
4:45pm.

Suena mi celular. Numero desconocido. Yo nunca contesto las llamadas de números desconocidos. La mando al correo de voz. Treinta segundos después, vuelve a sonar el celular. De nuevo, numero desconocido. Como dije, nunca contesto las llamadas de números desconocidos. La vuelvo a mandar al correo de voz. Dos minutos después, suena el celular y de nuevo es numero desconocido. Me comienzo a emputar y tomo la llamada. Es Ismael. No encuentra mi dirección. Le pregunto en dónde se encuentra. Esta a unas cuadras de mi casa. Le explico como llegar desde el punto donde se encuentra. Termina la llamada.

5:15pm.

El idiota de Ismael aún no aparece. Puta madre, es un pendejo! Lo único que tenia que hacer era conducir derecho por la misma calle. Derecho! Le marco al celular. No contesta. En seguida me regresa la llamada y dice que no puede dar con mi dirección. Me dice que esta a la vuelta de la esquina, (claro que él no tiene ni puta idea de eso, de lo contrario ya hubiera llegado). Le digo que me espere ahí, que yo salgo a encontrarlo. Le pregunto que coche trae. Una mini van roja. WTF?

Salí a encontrarme con él en la esquina. Ahí estaba, al volante de una mini van roja año '94, de los primeros modelos que saco GM. Y él, tan feo, moreno, casi prieto tiznado. Medio gordo. Estaba sudando, y riendo mostrando sus dientes amarillos, y visiblemente chuecos. Sus ojos me examinarón de pies a cabeza y volvió a sonreír. Con la mano me señalaba que era él, hola, hola! Dios mio, no podía creer mi puta suerte. Por mi mente cruzo la posibilidad de darme la vuelta y correr a mi casa, total, el güey nunca pudo dar con mi casa, o seguir caminando derecho y fingir que no era yo a quien esperaba. Pero no, no pude hacerlo. Ese tipo de cosas si las piensas, no las haces. Y si las haces, ya para que las piensas. Le regrese el saludo con la mano y sonreí mediocremente. Se bajo de la van y se acerco para saludarme con un beso en la mejilla. Alcance a oler su colonia. Not bad, al menos olía bien.

Ya en camino a ninguna parte, me pregunto a dónde me gustaría ir. Al cine. Lo voltie a ver. Estaba sudando a madres. Que asco con este güey. Maldita seas Sandra, maldita mil veces! Le comencé a hacer la platica y él se puso más nervioso. Me comencé a cagar de la risa al verlo casi bañado en sudor. Le pregunte por qué se ponía nervioso. Me contesto que no sabia, pero que nunca había salido con una mujer tan preciosa como yo. JA - JA - JA! NACO MAMON! Seguí con mi platica estúpida hasta que llegamos al cine. Quedamos en ver la función de las siete; Silent Hill. Compro los boletos y mientras daban las siete entramos a una tienda de discos. Me pregunto que música me gustaba escuchar. Blah blah blah, ¿a ti? Románticas, Los Temerarios, Los Bukis, Los Yonics. OMG! ¿Estas bromeando? No (con penita). OMG!

6:55pm.

Regresamos al cine. Ismael compro refrescos, pero no palomitas. Le había comentado que la gente que se ponía a comer palomitas y hacia esos ruiditos aborrecedores cuando masticaba me enfadaba. Seguramente él era una de esas personas. Entramos a la sala de butacas y tomamos las de la última fila. Me senté separada de él, recargada en el hombro del asiento vació que estaba a mi lado. Y esto es lo que sucedió:

Ismael: Que bonito esta tu celular. ¿Me dejas verlo?
Yo: (se lo doy).
Ismael: ¿Cuánto te costo?
Yo: No me acuerdo.
Ismael: ¿Oyes, y tienes novio?
Yo: No

Mistake #3: Si el güey te pregunta si tienes novio nunca le digas que no. Mejor inventate uno y ahorrate el enfado de la siguiente escena.

Ismael: No te creo, ¿y por qué no tienes novio?
Yo: (enfadándome) Porque no!
Ismael: Bueno, entonces te quiero preguntar algo, pero no sé como lo vayas a tomar...
Yo: (enfadada porque ya se lo que me va preguntar) ¿Qué cosa?
Ismael: ¿Quieres ser mi novia?
Yo: (trago de refresco) Essteeeee, no sé.

Mistake # 4: No digas que no sabes. Acuerdate que no te gusta! Dile NO! NO! NO! Ve al grano y dile que NO! A estas alturas cuenta ser cruel.

Ismael: Andale, y hazte más para acá. No te voy a morder.
Yo: Ya te dije que no sé y aquí estoy bien.
Ismael: Dime entonces que quieres ser mi novia.
Yo: No mames, ni te conozco (ni te quiero conocer hijo de la chingada).
Ismael: Dime sí o sí quieres ser mi novia, he he.
Yo: (lo volteo a ver con cara de te odio por pendejo y callate el hocico que ya va comenzar la película).
Ismael: ¿Entonces cuando me dices?
Yo: Cuando termine la película, ¿ya?
Ismael: Okay, pero hazte para acá.
Yo: (sin poder contener mi enfado) Shhhhhhhhhhhh, CA-LLA-TE!!!, ya comenzo la película!

Durante la película el mono de Ismael quería saber que era lo que decían y por que la gente se reía. Si hubiera sabido que iba terminar sirviéndole de traductora jamas le hubiera sugerido que fuéramos al cine. ¿Pero como es que no vi todo esto venir? COMO!! Cuando alguien me contaba de casos similares me reía sin compasión, ahora me tocaba a mi sufrirle, y todo por hacerle el paro a una amiga que a esas alturas de la noche se encontraba rompiendo siete de los diez mandamientos.

Para cuando termina la película yo ya estaba emputadisima. Por todo mi cuerpo surgió un inexplicable deseo de matar al idiota de Ismael. Y lo intente. Cruzando la calle para llegar al estacionamiento, lo empuje justo en el momento en que venia un coche. Lastima que no lo atropello. Entramos a la mini van y sintonizo una estación de radio donde tocaban una canción de Bronco. Me pregunto que había decidido. Me hice la pendeja y le pedí que me llevara a mi casa. Volvió a preguntar si quería ser su novia. Irritada, casi le araño la cara y me echo a correr, pero no lo hice. Me quede callada. Se habían volteado los papeles. Ahora el platicador era él y yo por emputamiento mejor no decía nada. En el momento de pagar la tarifa del estacionamiento, el idiota prendió el parabrisas de la van y no lo podía apagar. Dicho esto, imaginense el ridículo de andar manejando por la calle con el parabrisas rayando el vidrio. Ya no sabia que pensar ni que sentir así es que me puse a reír a carcajadas, mientras que él sudaba como bestia. Por fin le marco a su tío para que le explicara la maña para apagar el parabrisas. De vuelta en el camino sugirió ir a comer. No! Sugirió que nos perdiéramos. No! Y por fin llegamos a la misma esquina donde por primera vez nos encontramos. Me pidió permiso para darme un beso. Le avente un chorote que ni yo me creo. ¿En la mejilla?. Tampoco. Sugirió que volviéramos a salir y no sé que otra cosa que no alcance a escuchar porque ya había cerrado la puerta.

Al día siguiente Sandra me llama para decirme que su primo le había contado a toda su familia que yo me había portado súper mala onda con él y que hasta intente matarlo. No pude negarlo y con tal de no mentarsela, ahí termino la conversación.