Mudanzas Y Zurradas

Me tomo casi tres semanas cambiarme de depa, pero por fin ayer termino esa aventurilla alucinante. Ahora me tomará otras tres semanas desempacar todo, y otras tres para acomodar, eso es si antes no le tomo gusto a vivir en el desmadre. Por lo menos la sala ya quedo más o menos, lista para tirar hueva frente al televisor que dejo de existir porque durante la movida se fue rodando por las escaleras del otro edificio. Ni hablar, tendré que comprarme un televisor nuevo, o pedirle uno a Sancho Claus.

Ayer, mi vecina sacada de la película Pleasantville me trajo galletitas recién horneadas a las once de la noche. Ni tan fea, ni tan vieja, supuse que era soltera y sin quehacer para estarme chingando a esas horas de la noche, y acerté bien.

Me hizo una cordial invitación a unirme al grupo de residentes que juegan Bingo los viernes por la noche (léase, grupo de ancianos que huelen a pañales zurrados). De una manera igualmente cordial le dije no gracias, deje salir un par de risitas estúpidas y cerré la puerta. Acto seguido, vacíe las galletas en el basurero. Se me hizo mas "apropiado" aceptar las galletas para después tirarlas, a decirle que soy tan escrupulosa que si no te conozco no te acepto ni los buenos días.

Como para la peda siempre sobran excusas, mañana hay peda aquí en mi jaus. El que le quiera caer sera bien recibido siempre y cuando llegue bien tragado y cagado (literalmente of course), porque yo no cocino, ni le doy acceso a mi trono a cualquiera. Ya dije!